Boicot tecnológico de EE. UU. a Siria: "un caso burdo de doble discurso"

A pesar de que la oposición siria no ha depuesto las armas y sigue combatiendo a las tropas gubernamentales, Occidente no muestra ningún interés en frenar el conflicto. El presidente de EE. UU., Barack Obama, anunció sanciones contra empresas y personas que ayuden a Siria e Irán a adquirir tecnología para vigilar a los opositores a través de teléfonos celulares o Internet. Según los expertos, se trata de un evidente caso de doble discurso estadounidense.

El presidente prometió también subsidiar a las compañías que desarrollen herramientas de detección, que alerten a los activistas sirios sobre posibles persecuciones.

RT consultó sobre este tema con el analista internacional Adrian Salbuchi, que asegura que de este modo Washington ejerce una política de doble rasero. En su opinión, EE. UU. siempre utiliza todos los  medios posibles para defender sus intereses tratando de impedir que otros hagan lo mismo.

“EE. UU. considera que tiene derecho de utilizar todas las tecnologías a su alcance, incluso la tecnología informática, de telecomunicaciones y notablemente de internet para promover sus objetivos y sus intereses. Pero cuando las naciones que ataca, como Siria, Libia y otras utilizan estas mismas tecnologías para defenderse o para promover sus intereses, allí EE. UU. empiezan a anunciar sanciones y a criticar el desarrollo de las tecnologías en función de la legítima defensa de otros”, denuncia Salbuchi.

“Claramente, EE. UU. y sus aliados consideran que aquellos pueblos a los que atacan no tienen derecho a la defensa propia. Es muy simple: EE. UU. quiere limitar, censurar y callar todo lo que sea una crítica a su política, dentro o fuera del mismo país. Es un caso burdo de doble discurso”, considera Salbuchi.