Cultura
El flamenco es una 'bomba' en Irán
La versión clásica del flamenco español se fusiona con la tradición local iraní y se hace fuerte en el país islámico, donde existe un público ansioso de nuevas expresiones artísticas pese a las dificultades impuestas por el régimen.
El desarrollo de este género musical en Irán se debe, sobre todo, a Mayid Ahmadpur, un joven compositor y guitarrista iraní que, tras aprender español en una academia de Teherán, empezó en 2005 a componer temas flamencos con sus propias letras y música.
Sus experiencias tuvieron éxito y a él se unieron otros músicos, cantaores y bailaores, que empezaron a conformar un espectáculo que tardó tres años en ser admitido por las autoridades de la República Islámica.
A partir de ese momento vieron cómo sus espectáculos prendían en Teherán, unidos a una compañía teatral con la que colaboran para conseguir autorizaciones y evitar los problemas que la censura islámica iraní impone al baile.
Ahora forman parte del espectáculo 'Andalucía' seis bailaores y una bailaora llamada Nastaran Nazari que ofrece actuaciones excelentes pese a las especiales restricciones que el sistema impone a la danza femenina.
Fuera de Teherán tienen graves problemas para actuar y, aún contando con el permiso de las autoridades, los grupos de radicales islámicos los persiguen y acosan, incluso con violencia, para impedir sus representaciones.
"Hace unos días teníamos un concierto en Bushehr, en el sur de Irán, pero los 'basij' (voluntarios islámicos organizados en milicias) y los seminaristas (musulmanes chiís) no nos dejaron empezar y tuvimos que cerrar las puertas del teatro para impedir que entraran a rompernos los instrumentos", explica Ahmadpur.
Sin embargo, en Teherán actúan en salas muy conocidas y con una capacidad para entre 300 y 400 espectadores, en su mayoría estudiantes y profesores universitarios, además de personas interesadas en el mundo cultural, que conforman su público fiel.
De cara al futuro, Ahmadpur declara su intención de "hacer fusión entre la música española y la tradicional iraní", mezclando composiciones, idiomas e instrumentos, pues le parece "será muy interesante, tanto para los iraníes como para los españoles".
Sus experiencias tuvieron éxito y a él se unieron otros músicos, cantaores y bailaores, que empezaron a conformar un espectáculo que tardó tres años en ser admitido por las autoridades de la República Islámica.
A partir de ese momento vieron cómo sus espectáculos prendían en Teherán, unidos a una compañía teatral con la que colaboran para conseguir autorizaciones y evitar los problemas que la censura islámica iraní impone al baile.
Ahora forman parte del espectáculo 'Andalucía' seis bailaores y una bailaora llamada Nastaran Nazari que ofrece actuaciones excelentes pese a las especiales restricciones que el sistema impone a la danza femenina.
Fuera de Teherán tienen graves problemas para actuar y, aún contando con el permiso de las autoridades, los grupos de radicales islámicos los persiguen y acosan, incluso con violencia, para impedir sus representaciones.
"Hace unos días teníamos un concierto en Bushehr, en el sur de Irán, pero los 'basij' (voluntarios islámicos organizados en milicias) y los seminaristas (musulmanes chiís) no nos dejaron empezar y tuvimos que cerrar las puertas del teatro para impedir que entraran a rompernos los instrumentos", explica Ahmadpur.
Sin embargo, en Teherán actúan en salas muy conocidas y con una capacidad para entre 300 y 400 espectadores, en su mayoría estudiantes y profesores universitarios, además de personas interesadas en el mundo cultural, que conforman su público fiel.
De cara al futuro, Ahmadpur declara su intención de "hacer fusión entre la música española y la tradicional iraní", mezclando composiciones, idiomas e instrumentos, pues le parece "será muy interesante, tanto para los iraníes como para los españoles".
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