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Un policía ruso salvó a una menor que se hundía en un río
Durante varios días consecutivos la población del sur de Rusia habla del acto heroico de un policía que se metió en el agua gélida de un río para salvar la vida de una niña pequeña que se estaba hundiendo.
Aquel día el Inspector de Servicio de Patrulla y Tráfico de la región de Krasnodar Ashot Grigorián estaba de descanso. Iba en su coche a casa cuando vio a una menor con su madre. De repente la niña corrió hacia el río porque quería salvar a un gatito que cayó al agua desde el precipicio. La chica se deslizó, cayó al río montañoso desde una altura de unos cinco metros y empezó a hundirse.
Varias personas se reunieron en el lugar atraídas por los gritos de la madre, pero solo Ashot Grigorián se atrevió a tirarse al riachuelo. En unos segundos encontró a la niña, atrapada por una fuerte corriente, y la sacó a la superficie. La niña había perdido la consciencia, pero ya en la costa el policía también supo conservar la sangre fría y le dio los primeros auxilios.
“Ashot puso a la niña en el suelo y le hizo la respiración artificial. No obstante la menor no respiraba. Entonces el policía le dio un masaje en el corazón y luego le hizo la respiración artificial de nuevo. Cuando ya nadie tenía esperanza de que se salvara, la niña empezó a toser y abrió los ojos”, contó uno de los testigos.
En este mismo momento llegó una brigada de médicos que alguno de los testigos había llamado. Tras asegurarse que la chica estaba viva, Grigorián subió a su coche y se fue.
Es más, el modesto héroe no contó nada sobre el caso a sus colegas. Así, el Ministerio del Interior de la región se enteró de lo que pasó cuando recibió una carta con agradecimientos escrita por los padres de la niña.
“No pasó nada sobresaliente. Hice lo que tenía que hacer cualquier persona en mi lugar”, comentó el valiente policía.
Varias personas se reunieron en el lugar atraídas por los gritos de la madre, pero solo Ashot Grigorián se atrevió a tirarse al riachuelo. En unos segundos encontró a la niña, atrapada por una fuerte corriente, y la sacó a la superficie. La niña había perdido la consciencia, pero ya en la costa el policía también supo conservar la sangre fría y le dio los primeros auxilios.
“Ashot puso a la niña en el suelo y le hizo la respiración artificial. No obstante la menor no respiraba. Entonces el policía le dio un masaje en el corazón y luego le hizo la respiración artificial de nuevo. Cuando ya nadie tenía esperanza de que se salvara, la niña empezó a toser y abrió los ojos”, contó uno de los testigos.
En este mismo momento llegó una brigada de médicos que alguno de los testigos había llamado. Tras asegurarse que la chica estaba viva, Grigorián subió a su coche y se fue.
Es más, el modesto héroe no contó nada sobre el caso a sus colegas. Así, el Ministerio del Interior de la región se enteró de lo que pasó cuando recibió una carta con agradecimientos escrita por los padres de la niña.
“No pasó nada sobresaliente. Hice lo que tenía que hacer cualquier persona en mi lugar”, comentó el valiente policía.
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