El peso de la pobreza: Mujeres pasan pesadas cargas por la frontera hispano-marroquí

Entre 3000 y 5000 personas, algunas discapacitadas, acarrean a la espalda enormes fardos llenos de diferentes objetos: mantas, ropa, neumáticos, bebidas. Algunos cargan solo un bulto, pero otros, los que pueden soportar un peso mayor, llevan dos o tres a la vez.

En los accesos se percibe cierta inquietud para llegar antes y volver a por más. La presión y el apuro originaron en 2009 la muerte de tres mujeres por aplastamiento en los pasos de Ceuta y Melilla. “Mucho calor, mucha tensión, los bultos son muy pesados, hay personas, sobre todo mujeres de cierta edad, más débiles, y puede ocurrir cualquier cosa, alguna lipotimia, una caída por el peso del bulto” explica Juan Antonio Martín Rivera, portavoz de la Guardia Civil.

No hay españolas, todas son marroquíes que acceden enseñando solo el pasaporte. A veces ni eso, ya las conocen, la mayoría son viudas, solteras o repudiadas. Una mujer porteadora asegura tener muchos niños y no tener esposo y que cada día depende de la suerte para ganar 5, 10 o 15 euros.

Por un 'cargamento' de 15 euros, pueden cobrar hasta 3, otra parte es para sobornar a las autoridades marroquíes. Las ONG que trabajan en la zona denuncian que muchas mujeres trabajan en condiciones de esclavitud violando así los derechos humanos.

Miles de personas atraviesan cada día un paso fronterizo al que llaman ‘comercio atípico’, un contrabando permitido que genera un negocio de unos 1400 millones de euros al año, según la Cámara de Comercio norteamericana de Casablanca, y que da empleo a unas 50 000 personas.