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Políticos australianos reciben un 'antipremio' por su ignorancia ecológica
Una organización para la protección de la ecología marina otorgó a dos políticos australianos un 'antipremio' por haber autorizado la caza del tiburón blanco, que está en peligro de extinción.
El premio lo comparten el primer ministro del estado Australia Occidental, Colin Barnett, y el ministro de Pesca, Norman Moore, quienes levantaron la veda de caza, declarado que el Gobierno iba a "matar los tiburones antes de ellos maten a la gente".
La sociedad ecológica 'Pastores del mar' ('Sea Shepherd') estableció el premio para dárselo a las personas y organizaciones que demuestren ignorancia acerca de la importancia de los tiburones para la naturaleza. El premio, que lleva el título de 'Megalodon Mentality', está diseñado como un diente de tiburón de la especie 'Carcharocles Megalodon', extinta desde hace 2 millones de años, y simboliza la 'mentalidad prehistórica' cargada de temores a monstruos inexistentes.
Los ecólogos subrayan que en la película de terror 'Tiburón' aparece el megalodón, no el tiburón blanco, que, igual que otras especies, suele vivir lejos en el mar y evitar las playas.
Vivimos en un mundo donde ser fulminado por un relámpago jugando el golf es más probable que ser atacado en el mar, señalan los ecologistas. "El tiburón es un carroñero, sin él los sistemas ecológicos de los océanos tendrían defectos", dice Julie Andersen, la directora de Departamento de Tiburones de 'Sea Shepherd'.
En lugar de matar a estos animales, los ambientalistas proponen mejorar el sistema de observación de las costas y distribución de información.
La sociedad ecológica 'Pastores del mar' ('Sea Shepherd') estableció el premio para dárselo a las personas y organizaciones que demuestren ignorancia acerca de la importancia de los tiburones para la naturaleza. El premio, que lleva el título de 'Megalodon Mentality', está diseñado como un diente de tiburón de la especie 'Carcharocles Megalodon', extinta desde hace 2 millones de años, y simboliza la 'mentalidad prehistórica' cargada de temores a monstruos inexistentes.
Los ecólogos subrayan que en la película de terror 'Tiburón' aparece el megalodón, no el tiburón blanco, que, igual que otras especies, suele vivir lejos en el mar y evitar las playas.
Vivimos en un mundo donde ser fulminado por un relámpago jugando el golf es más probable que ser atacado en el mar, señalan los ecologistas. "El tiburón es un carroñero, sin él los sistemas ecológicos de los océanos tendrían defectos", dice Julie Andersen, la directora de Departamento de Tiburones de 'Sea Shepherd'.
En lugar de matar a estos animales, los ambientalistas proponen mejorar el sistema de observación de las costas y distribución de información.
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