El canal internacional
de noticias en español
más visto en el mundo
Sociedad

Mujeres en la presidencia, ¿una trampa para revertir la desigualdad de género?

Publicado:
Dilma Rousseff y Cristina Fernández de Kirchner, que presiden los dos países más grandes de Sudamérica, están todavía muy lejos de ser el prototipo de las mujeres en el continente.
Descargar video

Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo en América Latina y el Caribe, las mujeres están generalmente mejor cualificadas que los hombres. Al mismo tiempo cobran por los mismos puestos de trabajo un 17% menos, en promedio. En Argentina esa diferencia es estadísticamente incluso más notable: una empleada gana hasta el 58% menos que el trabajador que desempeña las mismas labores.

La diputada del Congreso Nacional Argentino, María José Lubertino, considera como una trampa el efecto que ejercen en la sociedad latinoamericana las mujeres destacadas como las mandatarias de Brasil y Argentina. “Es muy importante que haya mujeres en los lugares de decisión, pero también es una trampa. Porque se dice: “Bueno, ¡llegaron a la Presidencia de la nación! No hace falta más, ya está”.

Mucho por hacer

La realidad demuestra que todavía hace falta, y mucho. Otro estudio, realizado por el Foro Económico Mundial, ubica la desigualdad de género en América del Sur en un 68%, en aspectos que incluyen el acceso a la educación y a la salud. En las profesiones mejor pagadas en la región como arquitectura, abogacía o ingeniería, según el informe, las mujeres sólo ocupan el 33% de los puestos.

“El discurso es que te aceptan, que sí, que ‘somos todos iguales’, que ¡por supuesto! Pero cuando llega el momento de la verdad, desconfían de la acción que puede llevar adelante una mujer”, asegura la vicepresidenta de la empresa bonaerense Prócer.

Hasta tres jornadas laborales al día

Los ámbitos laborales predominantes para el género femenino siguen siendo los empleos a medio tiempo y los trabajos informales: algo que los expertos vinculan a la desvalorización del esfuerzo doméstico.

“Las mujeres siguen ocupándose mucho más de la casa y de cuidar a los hijos o a las personas de la tercera edad”, recuerda la periodista especializada en temas de género, Luciana Peker. “Esto hace que en realidad tengan una segunda, o tercera jornada laboral y entonces se hace más difícil negociar los sueldos”.

La colaboración de los hombres en compartir los roles domésticos es fundamental para ayudar a revertir la desigualdad, dicen quienes conocen en profundidad el tema. Muchos de ellos promueven algunas iniciativas para cambiar estereotipos sociales que estén orientadas a ese fin desde la infancia. Y abogan también por una intervención más activa de los Estados, que podrían reforzar las políticas tendientes a fomentar la equidad de géneros.

“Tiene que ver con estimular modelos de género mucho más empoderados y mujeres mucho más heroínas en la vida real que las que nos venden”, sugiere la periodista. “Como 'la Bella Durmiente', que lo único que hace es dormirse y esperar un beso que la salve de todo”.

Las últimas décadas demuestran un avance importante en disminuir la brecha de desigualdad entre ellas y ellos. Pero el trabajo futuro depende tanto de las mujeres como de los hombres, para lograr una sociedad donde se equipare la valoración de aptitudes.

RT en Español en vivo - TELEVISIÓN GRATIS 24/7