Economía
La sombra de los créditos a corto plazo es alargada
Los prestamistas de Reino Unido encuentran beneficios en las personas con dificultades financieras, por lo que han inundado las calles con publicidad de las bondades de los préstamos a corto plazo.
“Los acreedores a corto plazo ayudan a la gente que se ve en una situación económicamente difícil con un historial crediticio pobre pero que son capaces de devolverlo”, explica Russell Hamblin-Boone, empleado de la Asociación Financiera de Crédito.
Sin embargo, una vez que el cliente está dentro de esta red, pocos pueden encontrar una salida rentable. La mayoría de los que caen en las manos de los prestamistas se ven ahogados en una ciénaga de pagos, donde para poder saldarlos tienen que pedir otro crédito, y así sucesivamente. “Es un círculo que nunca termina y en el que la gente queda atrapada”, indica David McReedy, consultor de préstamos, quien además aconseja evitar los créditos.
“Con los préstamos a corto plazo la gente simplemente puede entrar en la red y pedir 400 libras (unos 645 dólares) y puede recibir ese dinero en la cuenta en menos de 15 minutos”, asegura McReedy.
Pero los enormes intereses hacen que en vez de aliviarse del estrés económico y poder arreglárselas hasta fin de mes, los deudores cavan su propia tumba mientras los prestamistas los ayudan sin reparo. Algunas compañías no registran a sus clientes o no siguen el historial crediticio de una manera adecuada, de ahí que aquellos que no tienen medios de saldar sus cuentas, pueden recibir acceso a nuevos créditos que crecen como una bola de nieve. Algo, que los acreedores intentan desmentir.
“No tiene ningún sentido prestar a alguien que no puede devolver el dinero. Por eso el equipo que represento invierte una enorme cantidad en las mejores tecnologías para recibir la imagen completa sobre el perfil económico del solicitante. No queremos prestar a alguien que no lo pueda devolver y no queremos meter a nadie en dificultades económicas”, dice Hamblin-Boone.
Elegir la vía del dinero fácil soluciona a corto plazo muchos de los problemas de la gente que acude a ellos, pero en la mayoría de los casos estas personas parecen estar más cegadas por el brillo efímero de una solución rápida a un gran problema, sin tener en cuenta la larga sombra de pobreza a la que esa ayuda los puede llevar.
Sin embargo, una vez que el cliente está dentro de esta red, pocos pueden encontrar una salida rentable. La mayoría de los que caen en las manos de los prestamistas se ven ahogados en una ciénaga de pagos, donde para poder saldarlos tienen que pedir otro crédito, y así sucesivamente. “Es un círculo que nunca termina y en el que la gente queda atrapada”, indica David McReedy, consultor de préstamos, quien además aconseja evitar los créditos.
“Con los préstamos a corto plazo la gente simplemente puede entrar en la red y pedir 400 libras (unos 645 dólares) y puede recibir ese dinero en la cuenta en menos de 15 minutos”, asegura McReedy.
Pero los enormes intereses hacen que en vez de aliviarse del estrés económico y poder arreglárselas hasta fin de mes, los deudores cavan su propia tumba mientras los prestamistas los ayudan sin reparo. Algunas compañías no registran a sus clientes o no siguen el historial crediticio de una manera adecuada, de ahí que aquellos que no tienen medios de saldar sus cuentas, pueden recibir acceso a nuevos créditos que crecen como una bola de nieve. Algo, que los acreedores intentan desmentir.
“No tiene ningún sentido prestar a alguien que no puede devolver el dinero. Por eso el equipo que represento invierte una enorme cantidad en las mejores tecnologías para recibir la imagen completa sobre el perfil económico del solicitante. No queremos prestar a alguien que no lo pueda devolver y no queremos meter a nadie en dificultades económicas”, dice Hamblin-Boone.
Elegir la vía del dinero fácil soluciona a corto plazo muchos de los problemas de la gente que acude a ellos, pero en la mayoría de los casos estas personas parecen estar más cegadas por el brillo efímero de una solución rápida a un gran problema, sin tener en cuenta la larga sombra de pobreza a la que esa ayuda los puede llevar.
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