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Un nuevo informe confirma torturas de EE.UU. tras el 11-S
Es “irrefutable” que Estados Unidos practicara torturas en su guerra contra el terrorismo tras el 11-S, según un nuevo informe que responsabiliza a los altos cargos del país de tales prácticas.
Se trata de un informe de 577 páginas encargado por el grupo independiente Proyecto Constitución, con sede en Washington, a un equipo de once miembros codirigido por el ex subsecretario de Seguridad Nacional y ex legislador republicano Asa Hutchinson, y el ex embajador y ex legislador demócrata James R. Jones.
El documento divulgado en una conferencia de prensa y publicado por 'The New York Times' este martes está dedicado al trato de los presos en Guantánamo, Afganistán, Irak y las prisiones secretas de la CIA en diferentes países.
El informe se basa en entrevistas a decenas de ex funcionarios estadounidenses y extranjeros así como a antiguos reclusos de los centros de detención, trabajo que duró casi dos años.
El informe confirma otro de Human Rights Watch según el cual uno o más militantes libios fueron sometidos por la CIA a la tortura conocida como 'submarino', en la cual se lleva al cautivo al borde de la asfixia con agua.
La CIA ha afirmado por mucho tiempo que solo tres prisioneros, miembros de la red de Al Qaeda, habían sido sometidos al este sitema de tortura.
El informe, asimismo, incluye un relato detallado de Albert Shimkus, capitán de la Marina de guerra cuando dirigía un hospital para los detenidos en Guantánamo. Shimkus describe su decepción cuando descubrió lo que él consideró maltrato a los prisioneros.
Analisis y daños
El documento contiene un análisis jurídico e histórico que explica por qué el equipo de investigación concluyó que se trata de torturas.
Se refiere a decenas de casos de trato semejante ocurridos en otros países y que llevaron a juicios en Estados Unidos o fueron calificados de tortura por funcionarios estadounidenses.
El uso de tortura, señala el documento, "no tiene justificación" y "ha dañado la posición de nuestro país, ha reducido nuestra capacidad para censurar moralmente a otros cuando sea necesario y ha incrementado el peligro para el personal militar estadounidense que pueda ser capturado".
El informe indica que si bien ha habido brutalidades en todas las guerras de EE.UU., nunca antes habían ocurrido "discusiones detalladas entre un presidente y sus asesores sobre la conveniencia y legalidad de infligir dolor y tormento a algunos detenidos".
El documento divulgado en una conferencia de prensa y publicado por 'The New York Times' este martes está dedicado al trato de los presos en Guantánamo, Afganistán, Irak y las prisiones secretas de la CIA en diferentes países.
El informe se basa en entrevistas a decenas de ex funcionarios estadounidenses y extranjeros así como a antiguos reclusos de los centros de detención, trabajo que duró casi dos años.
El informe confirma otro de Human Rights Watch según el cual uno o más militantes libios fueron sometidos por la CIA a la tortura conocida como 'submarino', en la cual se lleva al cautivo al borde de la asfixia con agua.
La CIA ha afirmado por mucho tiempo que solo tres prisioneros, miembros de la red de Al Qaeda, habían sido sometidos al este sitema de tortura.
El informe, asimismo, incluye un relato detallado de Albert Shimkus, capitán de la Marina de guerra cuando dirigía un hospital para los detenidos en Guantánamo. Shimkus describe su decepción cuando descubrió lo que él consideró maltrato a los prisioneros.
Analisis y daños
El documento contiene un análisis jurídico e histórico que explica por qué el equipo de investigación concluyó que se trata de torturas.
Se refiere a decenas de casos de trato semejante ocurridos en otros países y que llevaron a juicios en Estados Unidos o fueron calificados de tortura por funcionarios estadounidenses.
El uso de tortura, señala el documento, "no tiene justificación" y "ha dañado la posición de nuestro país, ha reducido nuestra capacidad para censurar moralmente a otros cuando sea necesario y ha incrementado el peligro para el personal militar estadounidense que pueda ser capturado".
El informe indica que si bien ha habido brutalidades en todas las guerras de EE.UU., nunca antes habían ocurrido "discusiones detalladas entre un presidente y sus asesores sobre la conveniencia y legalidad de infligir dolor y tormento a algunos detenidos".
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