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Palestina aprueba la inseminación artificial para las esposas de presos políticos en Israel
El Consejo Supremo de Palestina aprobó la inseminación artificial para las esposas de los palestinos recluidos en las cárceles de Israel.
El centro médico de fertilidad de Razan, que tiene clínicas en Ramala y Naplusa (Cisjordania), ha ofrecido tratamiento de inseminación gratuito a las esposas de los presos políticos que logren sacar esperma de las cárceles israelíes.
En febrero, la clínica anunció que cuatro esposas de reclusos estaban embarazadas como resultado de la inseminación artificial.
El director general del centro de fertilidad, Salim Abu al Jayzaran, explicó el proceso de inseminación ante el consejo palestino, que este miércoles emitió una resolución para aprobar el tratamiento.
El consejo estipuló una serie de condiciones para que el proceso fuera “religiosamente aceptable”.
Entre otras reglas, la pareja debe estar casada y el embarazo debe ser acordado por ambas partes y, preferentemente, también por sus familiares, y varios de los parientes cercanos de la pareja deben ser testigo de la inseminación, y el proceso debe hacerse público.
"No intervenimos ni preguntamos cómo salió de contrabando el esperma de la cárcel. Hay muchos intentos fallidos debido a que el esperma muere y por esto los presos tienen que seguir intentándolo hasta que funcione", explicó el doctor Al Jaizaran.
"Creemos que este es un derecho humano, sobre todo porque estos presos pasan largas condenas en las cárceles y el reloj biológico de una mujer es corto, así que tal vez cuando su marido salga ella no podrá tener hijos", concluyó.
En febrero, la clínica anunció que cuatro esposas de reclusos estaban embarazadas como resultado de la inseminación artificial.
El director general del centro de fertilidad, Salim Abu al Jayzaran, explicó el proceso de inseminación ante el consejo palestino, que este miércoles emitió una resolución para aprobar el tratamiento.
El consejo estipuló una serie de condiciones para que el proceso fuera “religiosamente aceptable”.
Entre otras reglas, la pareja debe estar casada y el embarazo debe ser acordado por ambas partes y, preferentemente, también por sus familiares, y varios de los parientes cercanos de la pareja deben ser testigo de la inseminación, y el proceso debe hacerse público.
"No intervenimos ni preguntamos cómo salió de contrabando el esperma de la cárcel. Hay muchos intentos fallidos debido a que el esperma muere y por esto los presos tienen que seguir intentándolo hasta que funcione", explicó el doctor Al Jaizaran.
"Creemos que este es un derecho humano, sobre todo porque estos presos pasan largas condenas en las cárceles y el reloj biológico de una mujer es corto, así que tal vez cuando su marido salga ella no podrá tener hijos", concluyó.
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