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Cadena perpetua para el líder de los extremistas británicos
Irfan Naseer, el líder de un grupo extremista radicado en Birmingham, fue condenado a cadena perpetua por la planificación de ataques terroristas en lugares públicos del Reino Unido, que la Policía logró frustrar.
Naseer, de 31 años, fue sentenciado a cadena perpetua, mientras que su 'mano derecha', Irfan Jalid, fue condenado a 18 años de prisión. Ashik Ali, su cómplice, recibió una condena de 15 años de cárcel. Jalid y Ali tienen 27 años.
A finales de febrero Irfan Naseer, Irfan Jalid y Ashik Ali fueron declarados culpables en el Reino Unido de preparar atentados en su territorio y de recaudar donaciones, que según ellos iban destinadas a obras benéficas, para financiar los ataques. Sin embargo, ninguno de los tres reconoció su culpabilidad.
Según la fiscalía, recaudaron hasta 20.000 dólares para fondos destinados formalmente a una organización benéfica musulmana, aunque en realidad pretendían utilizar el dinero para la preparación de varios atentados.
Se estima que tenían planeado hacer estallar hasta ocho mochilas cargadas con bombas y otros dispositivos explosivos en áreas muy concurridas. Los atentados que tramaban podrían haber sido mayores que los perpetrados en 2005 en Londres, en los que cuatro terroristas suicidas detonaron bombas en el metro y en un autobús causando la muerte de 52 personas y cientos de heridos.
A finales de febrero Irfan Naseer, Irfan Jalid y Ashik Ali fueron declarados culpables en el Reino Unido de preparar atentados en su territorio y de recaudar donaciones, que según ellos iban destinadas a obras benéficas, para financiar los ataques. Sin embargo, ninguno de los tres reconoció su culpabilidad.
Según la fiscalía, recaudaron hasta 20.000 dólares para fondos destinados formalmente a una organización benéfica musulmana, aunque en realidad pretendían utilizar el dinero para la preparación de varios atentados.
Se estima que tenían planeado hacer estallar hasta ocho mochilas cargadas con bombas y otros dispositivos explosivos en áreas muy concurridas. Los atentados que tramaban podrían haber sido mayores que los perpetrados en 2005 en Londres, en los que cuatro terroristas suicidas detonaron bombas en el metro y en un autobús causando la muerte de 52 personas y cientos de heridos.
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