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Alabama ejecutó a un supuesto enfermo mental
El estado norteamericano de Alabama ha ejecutado a un hombre de 29 años sospechoso de ser enfermo mental, pese a las protestas de los defensores de derechos de los presos.
Andrew Reid Lackey recibió una inyección letal este jueves en la prisión Holman, en Atmore.
El joven fue condenado por asesinar en 2005 a un veterano de la Segunda Guerra Mundial, Charlie Newman, hallado sin vida con 70 heridas de arma blanca.
La organización defensora local, Equal Justice Initiative, se opuso a la ejecución diciendo que Lackey sufría una enfermedad mental y tenía en su historial un intento de suicidio y la toma de medicamentos sicotrópicos.
En 2002 la Corte Suprema del país prohibió la ejecución de los criminales con discapacidad mental, pero permitió que cada estado aplicara su propio criterio al respecto.
Pese a los signos de enfermedad, Lackey no fue evaluado por expertos ni tampoco el juez indagó qué medicamentos tomaba el acusado, sostiene el grupo.
El propio Lackey escribió al Tribunal Supremo de Alabama pidiendo que se realizara su ejecución.
El año pasado, el estado de Texas ejecutó a Marvin Wilson, un afroamericano de 54 años, condenado por el homicidio de un informante policial en una investigación sobre drogas.
Un examen médico confirmó que su coeficiente intelectual era de 61 puntos, cifra que define su condición como discapacidad intelectual en el estado de Texas.
No obstante, el estado decidió que su nivel intelectual no era un argumento suficiente para anular la pena capital a la que fue condenado.
El joven fue condenado por asesinar en 2005 a un veterano de la Segunda Guerra Mundial, Charlie Newman, hallado sin vida con 70 heridas de arma blanca.
La organización defensora local, Equal Justice Initiative, se opuso a la ejecución diciendo que Lackey sufría una enfermedad mental y tenía en su historial un intento de suicidio y la toma de medicamentos sicotrópicos.
En 2002 la Corte Suprema del país prohibió la ejecución de los criminales con discapacidad mental, pero permitió que cada estado aplicara su propio criterio al respecto.
Pese a los signos de enfermedad, Lackey no fue evaluado por expertos ni tampoco el juez indagó qué medicamentos tomaba el acusado, sostiene el grupo.
El propio Lackey escribió al Tribunal Supremo de Alabama pidiendo que se realizara su ejecución.
El año pasado, el estado de Texas ejecutó a Marvin Wilson, un afroamericano de 54 años, condenado por el homicidio de un informante policial en una investigación sobre drogas.
Un examen médico confirmó que su coeficiente intelectual era de 61 puntos, cifra que define su condición como discapacidad intelectual en el estado de Texas.
No obstante, el estado decidió que su nivel intelectual no era un argumento suficiente para anular la pena capital a la que fue condenado.
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