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Francia se ofrece como la puerta de entrada de China al mercado europeo
En momentos en los que la Unión Europea quiere aumentar su comercio con China como una herramienta para salir de la crisis, Francia, que busca atraer cada vez más dinero chino, se ofrece como la puerta de entrada de los yuanes a la Unión.
En 2012, el comercio con el gigante asiático representó un discreto 2% del comercio exterior de la Unión Europea. La Comisión Europea reconoció este martes que las inversiones entre ambos están muy por debajo de las expectativas.
Este interés que parece mostrar Europa por las inversiones chinas coincide con la tendencia que ha surgido en América Latina de abrirles espacio a las empresas del país asiático.
Tecnología, marcas, materias primas y hasta la deuda de la eurozona son algunos de los nichos que podrían hacer parte de la inversión china en Europa. Sin embargo, existe cierto temor, generado parcialmente por el creciente poderío de la economía china.
"Quizás en Francia la gente tenga miedo de estas inversiones. El fenómeno de la crisis les habría obligado a aceptar con más beneplácito la inversión china, así que la crisis también es una buena oportunidad", asegura Pierre Picquart, experto internacional especialista en China.
Hoy en día, las inversiones chinas representan tan solo el 4% del capital extranjero en el país galo. Pero al parecer, François Hollande, al frente de una Francia que deja la recesión aunque sea de manera leve, quiere yuanes.
Las energéticas francesas Areva y EDF consiguieron cerrar con el gigante asiático la mayor operación de su historia. Fue hace cuatro años, con el Gobierno de Sarkozy, y ascendió a 8.000 millones de euros. China se ha convertido en un gran mercado para las empresas de energía nuclear con proyectos de decenas de nuevas plantas y de desarrollo también de reactores de tercera generación. Un negocio que Hollande quiere mantener a toda costa con firmas de nuevos acuerdos este mismo año.
Europa necesita a China, y China a Europa, decía el presidente francés, que se ha propuesto de mediador para un acuerdo euro-chino de inversiones. Una alfombra roja para la República Popular, a la que aún se le compra mucho más de lo que se le vende. Francia tiene un déficit comercial de más de 26 millones de euros.
"A corto plazo probablemente nosotros necesitaremos más a China de lo que China nos necesitará a nosotros. Lo que pasa es que China está creciendo muy rápido, así que le hace falta más tecnología, desarrollo de conocimiento y crecimiento dentro del país. Pero necesitan tecnología que venga de fuera. Es una especie de juego en el que hay que preguntarse cómo podemos manejar esta situación", señala el analista económico Philippe Waetcher.
Este interés que parece mostrar Europa por las inversiones chinas coincide con la tendencia que ha surgido en América Latina de abrirles espacio a las empresas del país asiático.
Tecnología, marcas, materias primas y hasta la deuda de la eurozona son algunos de los nichos que podrían hacer parte de la inversión china en Europa. Sin embargo, existe cierto temor, generado parcialmente por el creciente poderío de la economía china.
"Quizás en Francia la gente tenga miedo de estas inversiones. El fenómeno de la crisis les habría obligado a aceptar con más beneplácito la inversión china, así que la crisis también es una buena oportunidad", asegura Pierre Picquart, experto internacional especialista en China.
Hoy en día, las inversiones chinas representan tan solo el 4% del capital extranjero en el país galo. Pero al parecer, François Hollande, al frente de una Francia que deja la recesión aunque sea de manera leve, quiere yuanes.
Las energéticas francesas Areva y EDF consiguieron cerrar con el gigante asiático la mayor operación de su historia. Fue hace cuatro años, con el Gobierno de Sarkozy, y ascendió a 8.000 millones de euros. China se ha convertido en un gran mercado para las empresas de energía nuclear con proyectos de decenas de nuevas plantas y de desarrollo también de reactores de tercera generación. Un negocio que Hollande quiere mantener a toda costa con firmas de nuevos acuerdos este mismo año.
Europa necesita a China, y China a Europa, decía el presidente francés, que se ha propuesto de mediador para un acuerdo euro-chino de inversiones. Una alfombra roja para la República Popular, a la que aún se le compra mucho más de lo que se le vende. Francia tiene un déficit comercial de más de 26 millones de euros.
"A corto plazo probablemente nosotros necesitaremos más a China de lo que China nos necesitará a nosotros. Lo que pasa es que China está creciendo muy rápido, así que le hace falta más tecnología, desarrollo de conocimiento y crecimiento dentro del país. Pero necesitan tecnología que venga de fuera. Es una especie de juego en el que hay que preguntarse cómo podemos manejar esta situación", señala el analista económico Philippe Waetcher.
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