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El uso de armas químicas en Siria: El apoyo de Arabia Saudita al terrorismo (Parte IV)

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El uso de armas químicas en Siria: El apoyo de Arabia Saudita al terrorismo (Parte IV)
Esta es la cuarta parte de esta serie de 'posts' sobre el uso de armas químicas en Siria por terroristas e insurgentes que combaten a las fuerzas del Gobierno durante el actual conflicto que asola este país. Pretendo con estos artículos establecer una conexión entre el ataque con gas nervioso sarín del 19 de marzo de 2013 en el suburbio de Khan al Asal de la ciudad de Alepo -llevado a cabo según investigadores rusos por la brigada insurgente Bashair al Nasr- y Arabia Saudita. Con este objetivo en mente, en los dos anteriores 'posts' proporcioné ejemplos del uso del explosivo RDX por grupos terroristas islamistas sunitas, apoyados según varios informes por Arabia Saudita. Restos de este explosivo se hallaron en el cohete de artillería artesanal Bashair-3, usado presuntamente en el ataque químico de Khan al Asal y fabricado por los guerrilleros de la brigada Bashair al Nasr. El ulterior objetivo es vincular el ataque químico de agosto del año pasado en Ghouta, suburbio al este de Damasco, con la insurgencia islamista sunita apoyada tanto por Arabia Saudita como por EE.UU. y otros países árabes del Golfo Pérsico. En este sentido, la complicidad del régimen del presidente de EE.UU., Barack Hussein Obama, se podría apreciar en la transmutación del incidente de Ghouta -otro ataque con gas sarín realizado por los rebeldes- por la Casa Blanca, la diplomacia estadounidense y la prensa amarilla occidental como un ataque por parte del Gobierno sirio con 1.429 víctimas mortales civiles, propaganda convenientemente inventada por el Gobierno estadounidense para justificar su planeada ofensiva aérea contra Siria, ofensiva de bombarderos y misiles crucero que al final no se llevó a cabo gracias al acuerdo de desarme químico sirio negociado por Rusia.

El presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, junto con el jefe de inteligencia de Arabia saudita, el príncipe Bandar bin Sultán, apodado 'Bandar Bush' por sus estrechos lazos de amistad con la familia de los dos expresidentes estadounidenses:
 

Antes de proseguir, cabe recordar que el Gobierno saudita apoya a terroristas e insurgentes islamistas sunitas en Siria. Cabe también recordar las reportadas declaraciones del jefe de la inteligencia saudí, el príncipe Bandar bin Sultán, ante el presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, en las que insinuaba que su Gobierno controla a los grupos insurgentes y terroristas del Cáucaso Norte de Rusia que operan contra el Gobierno y objetivos civiles rusos. Bandar bin Sultán también reconoció ante Vladímir Putin que Arabia Saudita controla a terroristas e insurgentes chechenos y del Cáucaso Norte combatiendo en Siria. Ante esto se puede considerar como plausible que el Gobierno de Arabia Saudita apoya directa, indirectamente y además tolera y permite deliberadamente el envío de ayudas privadas a grupos terroristas islamistas sunitas como Al Qaeda y Lashkar-e-Taiba (LeT) o insurgentes como los Talibán, asistencia reportada por cables diplomáticos clasificados estadounidenses filtrados por el exsoldado norteamericano Bradley Manning y revelados por WikiLeaks.

Ante todo esto, el Gobierno de EE.UU. comparte con Arabia Saudita la complicidad de ambos países de apoyar activamente a la yihad de terroristas e insurgentes radicales sunitas en Siria, incluyendo el apoyo saudí al grupo vinculado a Al Qaeda, el Estado Islámico de Irak y el Levante (aunque Riad convenientemente lo niegue). Además, el apoyo de Arabia Saudita a terroristas e insurgentes separatistas islamistas del Cáucaso Norte operando en Rusia se estaría llevando a cabo bajo la mirada tolerante o inclusive benevolente del Gobierno del presidente de EE.UU., Barack Hussein Obama. Contradictoriamente para los intereses nacionales de EE.UU., Washington apoya y tolera la política de su aliada y protegida Arabia Saudita de asistencia al terrorismo islamista sunita en Siria y Rusia, mientras que a la vez se opone al apoyo saudita al terrorismo islamista sunita de grupos como Al Qaeda y los Talibán que directamente amenazan la seguridad de EE.UU., Europa, Asia Meridional (Afganistán, la India, Pakistán y Bangladesh), Asia Central, la Península Arábiga y África.

Ni el poder ejecutivo ni el Congreso de los EE.UU. tienen por ello autoridad moral para condenar a otros estados como patrocinadores del terrorismo, ante la complicidad de EE.UU. en patrocinar el terrorismo y la insurgencia islamista en Siria y por su encubrimiento de Arabia Saudita y de países del Golfo Pérsico como Catar y Emiratos Árabes Unidos -sus cómplices en promover el terrorismo en Siria-. No debe ignorarse el hecho de que en un cable diplomático estadounidense clasificado del 30 de diciembre de 2009 y firmado por la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton, se manifiesta que "donantes en Arabia Saudita constituyen la fuente más significativa de financiación para grupos terroristas sunitas en todo el mundo", y que "Arabia Saudita sigue siendo una base crítica de apoyo financiero para Al Qaeda, los Talibán, LeT [Lashkar-e-Taiba] y otros grupos terroristas". Tomándose en cuenta todo lo expuesto, el Gobierno federal de EE.UU. bajo la Presidencia de Barack Hussein Obama se ha convertido junto con el reino saudí, su socio y aliado estratégico, en un estado patrocinador del terrorismo.

La exsecretaria de Estado de EE.UU. Hillary Clinton sabía desde al menos 2009 del papel crítico jugado por Arabia Saudita como fuente de financiación de Al Qaeda y de grupos terroristas radicales sunitas. Esto no le impidió conspirar junto con la monarquía saudí desde al menos 2011 para desestabilizar a Siria apoyando conjuntamente a grupos terroristas e insurgentes ligados a Al Qaeda contra Damasco.
 


Se ha reportado hace poco que Rusia ha propuesto al Consejo de Seguridad de la ONU, del cual es miembro permanente, que incluya a Arabia Saudita en su lista negra de estados que patrocinan al terrorismo. También se ha informado hace unas dos semanas que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, tras reunirse en Bagdad con el primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, va a discutir informes de que Arabia Saudita da apoyo a agrupaciones terroristas en Irak. En este sentido se ha reportado que un terrorista detenido por las autoridades iraquíes confesó que Riad financia a insurgentes vinculados a Al Qaeda -el Estado Islámico de Irak y el Levante que también combate en Siria- que ponen bombas en Bagdad y otras ciudades iraquíes y en general atentan contra civiles musulmanes chiitas y las fuerzas de seguridad del Estado iraquí, y que actualmente están combatiendo contra las fuerzas gubernamentales en la provincia occidental iraquí de Al Anbar, fronteriza con Siria y Arabia Saudita. Dicho sea de paso, la intervención de Arabia Saudita en los asuntos internos de Irak al apoyar a los terroristas de Al Qaeda en Irak y de su sucursal el Estado Islámico de Irak y el Levante –bajo la mirada tolerante y benevolente de la Administración de Barack Hussein Obama–, terroristas responsables de la violencia sectaria que según la ONU causó en 2013 en Irak la muerte de un total de 7.818 civiles y 1.050 miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, es un 'casus belli' que podría llevar a una guerra entre Bagdad y Riad.

La monarquía saudita apoyaría a estos grupos terroristas para castigar al Gobierno iraquí, dominado por los chiitas, por su apoyo al Gobierno sirio y por su estrecha relación con Irán. Por estos mismos motivos Washington daría su aprobación al apoyo saudí a los grupos islamistas sunitas vinculados a Al Qaeda que operan en Irak, a modo también de presión para que Bagdad abandone su apoyo a Siria y su estrecha amistad con Irán. La Administración de Obama esperaría así que ante la violencia terrorista -apoyada por Riad- que azota a Irak, Bagdad pida el apoyo de EE.UU. para combatir el terrorismo, ayuda que se ofrecería bajo el precio de que el Gobierno iraquí abandone a Damasco, se distancie de Teherán y entre de nuevo en la órbita de Washington.

Arabia Saudita, de religión musulmana sunita seguidora de la versión fundamentalista wahabita, salafista del Islam, junto con otros países árabes del Golfo Pérsico, apoya a Al Qaeda y sus sucursales y grupos afiliados que comparten su visión política-religiosa salafista. Esta visión integrista sunita promueve la yihad, la guerra santa islámica a muerte no solo contra Occidente en general y EE.UU. y Europa en particular -esencialmente por ser vistos como cristianos (cruzados), de cultura secular (antiislámica) y sobre todo por su apoyo a Israel contra los palestinos (contra árabes y musulmanes)- sino también contra los que considera paganos enemigos de los musulmanes -como la mayoría hindú de la India- y contra los que considera herejes del Islam y enemigos de los musulmanes sunitas, los musulmanes chiitas que son la mayoría en Irán, Irak, una tercera parte del Líbano (representados por Hezbolá) y la minoría gobernante en Siria. Así, Arabia Saudita, Catar y Emiratos Árabes Unidos están esencialmente apoyando una guerra religiosa contra el Gobierno secular dominado por chiitas de Siria al apoyar a los terroristas e insurgentes radicales sunitas que lo combaten.

Combatientes Talibán de Afganistán


Según el cable diplomático clasificado del Departamento de Estado estadounidense del 30 de diciembre de 2009 antes mencionado, filtrado por el exsoldado estadounidense Bradley Manning a WikiLeaks, un objetivo del Gobierno de EE.UU. es "interrumpir los flujos financieros ilícitos entre los países del Golfo [Pérsico] y Afganistán y Pakistán". El cable diplomático recomendaba gestiones desde un alto nivel del Gobierno estadounidense para "animar al Gobierno saudí a tomar más pasos para detener el flujo de fondos desde fuentes basadas en Arabia Saudita a terroristas y extremistas en el mundo entero". El documento continúa diciendo que "Riad ha tomado solo acción limitada para interrumpir recaudación de fondos para los grupos Talibán y LeT [Lashkar-e-Taiba] listados en [la resolución de la] ONU 1267 que también están alineados con Al Qaeda y [que están] enfocados en socavar la estabilidad en Afganistán y Pakistán". El Departamento de Estado alude también en el cable a la amenaza de estos grupos insurgentes y terroristas a "la estabilidad... de la amplia región centro y sur asiática" (Asia Central y Asia Meridional).

En el cable diplomático referido, llamado State (Estado) 131801, se expone la preocupación del Departamento de Estado hacia los medios de canalización de ayuda financiera al terrorismo. Comentando los esfuerzos llevados a cabo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, el cable informa que "Arabia Saudita ha implementado importantes reformas para criminalizar financiación terrorista y restringir el flujo de fondos a ultramar desde organizaciones de beneficencia basadas en Arabia Saudita. Sin embargo, estas restricciones fallan en incluir organizaciones multilaterales como XXXXXXXXXXXX Inteligencia sugiere que estos grupos continúan enviando dinero al exterior y, en ocasiones, financian extremismo en ultramar. En 2002, el Gobierno saudí prometió establecer un Comité de Organizaciones de Beneficencia que abordaría este asunto, pero todavía ha de hacerlo. El establecimiento de dicho mecanismo, sin embargo, es secundario al objetivo primario de EE.UU. de obtener reconocimiento saudí del alcance de este problema y un cometido para tomar acción decisiva".

En el cable State 131801, se urge a Arabia Saudita a que aplique la resolución 1267 de la ONU y congele los activos de los Talibán y de Lashkar-e-Taiba, señalando que "los Talibán y LeT están alineados con Al Qaeda". Significativamente, el cable revela refiriéndose al Departamento de Estado que "nosotros todavía carecemos de información detallada sobre las fuentes más remotas de financiación terrorista que emanan del Reino [saudí]". EE.UU. recomendaba a Riad "cortar el flujo de fondos de Arabia Saudita a organizaciones extranjeras religiosas, de beneficencia y educacionales que propagan ideologías extremistas violentas a poblaciones vulnerables".

Cabe añadir que junto con Arabia Saudita otros países árabes del Golfo Pérsico han estado financiando a grupos terroristas islamistas. Por ejemplo, el cable diplomático estadounidense State 131801 manifiesta que Kuwait "ha estado menos inclinado a tomar acción contra financieros y facilitadores basados en Kuwait planeando ataques fuera de Kuwait. Al Qaeda y otros grupos continúan explotando Kuwait como una fuente de fondos y como un punto de tránsito clave". El cable de fines de 2009 añade que "Kuwait permanece [como] el único país del Consejo de Cooperación del Golfo [Pérsico] (CCG) que no ha criminalizado la financiación terrorista". Continúa el documento diciendo que "el GDK [Gobierno de Kuwait] en ocasiones ha obstruido o ha sido lento en hacer cumplir el congelamiento de activos mandado por la ONU de entidades basadas en Kuwait". El cable diplomático señala a la organización no gubernamental llamada Sociedad del Resurgimiento de la Herencia Islámica (RIHS, por sus siglas en inglés), basada en Kuwait, como una entidad caracterizada "por proporcionar apoyo financiero y material a Al Qaeda y a afiliados de Al Qaeda listados en [la Resolución de la] ONU 1267, incluyendo a Lashkar-e-Taiba, Jemaah Islamiya y Al-Itihaad al-Islamiya".

La Ciudad de Kuwait, uno de los principales centros financieros y comerciales de Oriente Medio y una de las 25 principales ciudades del mundo en términos de mayor producto interior bruto.



Desde el 2011 Rusia ha puesto a la Sociedad del Resurgimiento de la Herencia Islámica en su lista de organizaciones que apoyan y dan financiación al terrorismo. La organización terrorista Al-Itihaad al-Islamiya de Somalia recibió financiación "en gran medida de organizaciones de beneficencia islámicas de Arabia Saudita y los estados [árabes] del Golfo [Pérsico]". Sobre el emirato del Golfo Pérsico, el cable diplomático State 131801 afirma: "Nuestra información indica que donantes kuwaitíes sirven como una importante fuente de fondos y otro tipo de apoyo a Al Qaeda y otros grupos terroristas".

Acerca de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), el cable State 131801 dice que: "Donantes basados en los EAU han proporcionado apoyo financiero a una variedad de grupos terroristas, incluyendo a Al Qaeda, los Talibán, LeT y otros grupos terroristas". El cable continúa diciendo que "agencias de Washington notan, sin embargo, que tienen información limitada sobre la identidad de donantes y facilitadores de los Talibán y LeT en los EAU". Más adelante el cable diplomático, firmado por la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton, habla de la necesidad de "socavar la habilidad de Al Qaeda, los Talibán y otros grupos de explotar los EAU como un centro de financiación y facilitación".

Sobre el emirato de Catar, el cable State 131801 menciona: "El nivel en general de Catar en cooperación AT [antiterrorista] con los EE.UU. es considerada el peor en la región. Al Qaeda, los Talibán, el LeT listado en [la resolución de la] ONU 1267 y otros grupos terroristas explotan Catar como un lugar de recaudación de fondos". Se ha reportado en este sentido que tanto Catar como Arabia Saudita son fuentes de "armas y otra asistencia" para el Frente al-Nusrah, uno de los grupos terroristas e insurgentes ligados a Al Qaeda que combaten en Siria.

Vista nocturna de Doha, capital de Catar, país utilizado como centro de ayuda financiera por grupos terroristas e insurgentes islamistas. Catar es también una de las principales fuentes de apoyo a insurgentes y terroristas radicales sunitas en Siria.



Otro cable diplomático estadounidense filtrado gracias a WikiLeaks, el State 083026, habla sobre la recaudación de fondos por parte de la organización terrorista Lashkar-e-Taiba (LeT) en Arabia Saudita. LeT fue responsable de los ataques terroristas de la ciudad de Bombay, en la India, en noviembre de 2008. Según el cable, "la comunidad de inteligencia evalúa que Lashkar-e-Taiba (LT) y Jamaat-ud-Dawa (JUD) son parte de la misma organización, originalmente llamada Markaz-ud-Dawawal-Irshad (MDI), que fue fundada... en Lahore [Pakistán] en 1986. MDI fue establecida con financiación de donantes en Oriente Medio y estableció campamentos para preparar a su personal para luchar contra los soviéticos en Afganistán". El documento clasificado previamente exponía que "la comunidad [de inteligencia] evalúa que LT [Lashkar-e-Taiba], un grupo terrorista basado en Pakistán, usa el nombre JUD [Jamaat-ud-Dawa] como un alias. JUD es una organización religiosa, educacional y humanitaria que la comunidad [de inteligencia] evalúa que provee cobertura y protección a actividades militantes de LT en Pakistán. LT y JUD comparten muchos líderes de alto rango; LT cae bajo la autoridad del líder de JUD, Hafiz Muhammad Saeed, y JUD apoya y facilita las actividades violentas de LT".

El cable State 083026 declara que "en diciembre de 2005, un oficial de Idara Khidmat-e-Khalq [una rama de Jamaat-ud-Dawa] reenvió recibos de donaciones de JUD [Jamaat-ud-Dawa] a una probable compañía fachada de LT [Lashkar-e-Taiba] en Arabia Saudita donde un oficial financiero de LT pudo haber estado estrechamente asociado con el administrador general* posiblemente actuando como una fachada para mover fondos de LT, de acuerdo a un informe de inteligencia".
El Dr. Lajos Szászdi es analista de asuntos de defensa, seguridad y relaciones internacionales, autor,  conferenciante y comentador en la televisión y la radio 

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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